Me encontraba yo en mi humilde habitáculo realizando una pesadilla de trabajo para las prácticas cuando todo comenzó. Una patrulla de policía local se acercaba con sus motos y sus coches rápidamente y cordones en mano procedían a espantar a la gente del lugar para acordonar la zona. Mi madre corría por el pasillo neurótica gritando que me vistiera, que seguramente deberíamos abandonar el edificio y yo, pelos al viento y en pijama me enfundé el mismo chandal que había llevado el día anterior. Mi padre venía exaltado, casi sin aliento cargando una caja de leche del Dia%, corriendo, con las primeras noticias de la mañana. Un maletín de aspecto sospechoso yacía dentro de un contenedor abandonado a su suerte, quizás repleto de explosivos, quizás repleto de la fatídica broma de algún gracioso. La cosa debió ponerse peor porque los policías, entonces acompañados ya de los mossos d'esquadra, gritaban por toda la calle que todo el mundo echara la persiana y dejara las ventanas abiertas, ya nadie podía entrar ni salir, las tiendas cerradas...y mi casa enmedio de la zona acordonada...Las cosas no eran mucho más normales de puertas para adentro, mi abuela histérica llorando y temblando de miedo, mi madre quitando el polvo como una posesa para pasar el rato y no pensar, mi padre mirando por la ventana y recibiendo algún que otro "señor métase para adentro y eche las persianas", y yo enseñándole a mi abuela fotos de gatos y flores (¬¬') para que se olvidara por un rato del asunto. Ya había pasado bastante tiempo cuando ampliaron la zona restringida, y ahí seguíamos nosotros, encerrados en casa como reos y sin poder hacer otra cosa que esperar. Después de cuatro horas sin poder salir a la calle y sin que nadie tuviera acceso a los edificios de la zona, la policía sacó de una de las porterías a tres moros en volandas y desacordonaron la calle, no había bomba, pero el sofocón no había sido pequeño. La gente vuelve a circular con normalidad otra vez por la calle y esta tarde, en el barrio, no se habla de otra cosa.
Huella de Lyzzie a las 7 de Abril 2004 a las 06:28 PMAhora ya sabes q sienten los koalas del zoo cuando no les dejan salir de las jaulas :P
La verdad es que usted no la ha pasado mejor que mi personaje del cuento (con la vida en vilo yo hubiera buscado un final algo más épico que entretener a la abuela con el libro de gatos y flores. Le hubiera ofrecido un vodka, al menos).
Muy lindo lugar éste. Volveré por aquí.
Diosss qué susto, menos mal que se quedó sólo en eso :)
Un saludo, y gracias por el enlace ;)
Menos mal que solo fue un susto no?...
Un saludo
Huella de Mis reflexiones... a las 11 de Abril 2004 a las 04:35 AM