Ayer fui con Santakoman y Lady Perdomo a ver Aida de Giuseppe Verdi. La verdad es que a mi nunca me ha llamado la atención la ópera, pero con la cosa de que era una historia ambientada en el antiguo Egipto y todo eso, al final me decidí por ir.
Y me gustó. Unos chorros de voz impresionantes, el vestuario estupendo, lástima que no se pudiera apreciar bien desde donde estábamos; y la orquesta una maravilla.
Lo malo de la película es que como no tengo ni papa de italiano, no me enteraba de la misa la mitad cuando cantaban, suerte que más o menos conocía la historia y además el programa ayudó un poquito. Y las sillas, que por lo que pagamos ya se podían haber estirado un poco y poner sillas más cómodas ¬¬.
Os la recomiendo!!
Dos añitos cumple esta humilde morada. Y que cumpla muuuuchos maaaaaaaaaaaaaaas.
Cuánta certeza y razón encierra tan pequeña frase. Cuando los pasos se acercan al final del camino y todo aquello que fue tan grande se va empequeñeciendo con la distancia. Las agujas del reloj siguen marcando las horas y sé que aunque me empeñe en hacerlas descansar, no conseguiré parar el tiempo. Quizá sea absurdo sentirse así, quizá es que soy demasiado aprensiva o sentimental.
Hoy empiezo a hacer recuento de lo que fui y lo que soy, de lo que llevaba en la mochila al principio y lo que llevo ahora. Y sé que el balance es bueno. He disfrutado de las cosas buenas y he aprendido de las cosas malas. Me llevo un saco lleno de ilusión y de nuevas vivencias, grandes palabras de apoyo y sobre todo grandes compañeros.
Aunque sé que es posible que mis pies vuelvan a pisar este mismo suelo, la duda me embarga y siento miedo, miedo de perder todo lo que he conseguido. Y no puedo evitar que el corazón se me haga un nudo cuando pienso en que existe la posibilidad de no volver, aunque me intente autoconvencer de que no será así. Pronto dejaré que se cierre la puerta a mis espaldas, pero me llevo la llave y la ilusión de volver a abrirla algún día
Sólo me queda decir que ha sido estupendo estar aquí, y que ha sido así gracias a vosotros.
PD: esto no significa que se cierra el blog, ni mucho menos, que la cosa por otros derroteros :), que ya me han preguntado ;p. El blog sigue en pie aquí como las pirámides de Egipto.
Un jarrón de porcelana china, repleto de rosas rojas, descansaba siempre en el centro de la mesa. Su pasión por estas flores le había acompañado desde que tenía uso de razón y siempre bromeaba con los demás diciendo que él no había nacido con un pan debajo del brazo, sino con una rosa roja entre los dedos.
Cada día se levantaba temprano para rociar sus rosas con agua fresca y acomodarlas en su jarrón de modo que se vieran hermosas. Cuando alguna se marchitaba, la retiraba con cariño y la ponía dentro de algún libro, como si de un recuerdo se tratara.
Incontables veces le habían preguntado: "Y...¿Por qué una rosa roja?
"¿Por qué?", contestaba él.
"Porque la mujer que comparta mi vida será como una rosa roja. Majestuosa pero a la vez sencilla, romántica y apasionada, frágil pero luchadora. De corazón hermoso y dulces sentimientos. Si me hiere con sus espinas, podrá curarme las heridas con su dulce fragancia. Y si algún día los problemas hacen que empiece a marchitarse se dejará arropar, recuperando su color al arrojar sobre ella mis gotas de cariño".
Por todo eso...una rosa roja.
Cerró la puerta con una sonrisa y se dirigió a su puesto de trabajo.