<$Lyzzie$>: Los muros de Troya >
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Los muros de Troya

Dárdano, hijo de Zeus, cuando conquistó la península rectangular situada en la cima de Asia Menor, dividió este territorio en dos reinos. Dárdano rogó a su padre Zeus que construyera un muro alrededor de Troya, la capital de uno de los dos reinos, puesto que era el reino más rico de los dos y así quedaría protegido. Zeus decidió conceder ese deseo a su hijo y puesto que había en ese momento dos divinidades que habían caído en desgracia, Poseidón y Apolo les otorgó la tarea de elevar dicho muro. Pero el único que trabajaba era Poseidón, que se esforzaba en elevar el muro piedra a piedra mientras veía que Apolo tocaba el arpa estirado. Así, el trabajo duro y forzado lo hizo Poseidón, mientras que Apolo inventó el sistema para abrir las puestas de la gran muralla, que se abriría mediante unas ruedas forzadas por varias reses. Desde entonces, Poseidón puso precio a su trabajo y cada año se le debían ofrecer cien talentos de oro en su templo. Esta ofrenda se fue cumpliendo año tras año hasta que durante el reinado de Laomedonte (padre de Príamo), parte de la muralla se derrumbó y tuvo que ser restaurada. Laomedonte decidió que el trabajo del Dios no había sido perfecto por lo que no volvería a pagar nunca más los cien talentos de oro. Poseidón enfurecido envió a un monstruoso león de crin oscura y con un tridente negro tatuado en uno de sus muslos, símbolo de que la bestia actuaba en su nombre. Para saciar el hambre del león, el rey se vio obligado a ofrcerle seis mujeres vírgenes en vez de los cien talentos de oro, hasta que un día, su hija se encontró entre las elegidas. Aún así se negaba a entregar el dinero. Fue Heracles, un valeroso griego, el que logró acabar con la fiera y salvar a las muchachas, entre ellas la hija del rey. Pero así solo conseguirían acrecentar la furia de Poseidón...

Huella de Lyzzie a las 3 de Septiembre 2004 a las 10:55 PM
Huellas

Si Poseidón siempre ha sido muy gruñón. A ver si toma ejemplo de Dionisio, que se tomaba las cosas mucho mejor...

Huella de Jake a las 4 de Septiembre 2004 a las 01:11 AM

...Anda, cómo se las gastaban los dioses, ¿eh? Con todo el Olimpo para ellos y dedicándose a fastidiar, casi casi como si fueran humanos... ¡Así que se armó la de Troya!
Bromas aparte, Lyzzie, sabes que me encanta el tono que le das a estos escritos tuyos, donde muestras tus dotes de experta en la materia. Gracias por compartir, amiga! SALUDANDO:
LeeTamargo.-

Huella de LeeTamargo a las 4 de Septiembre 2004 a las 09:59 AM

Seguro q Apolo se convirtio despues en el primer dios español xd, nos enseño lo q hay q trabajar, ver como otros lo hacen xd

Huella de Ayrthon a las 4 de Septiembre 2004 a las 12:43 PM

Pués a mí siempre me ha caído bien Poseidón. Quizás es el "dios" mas humano. "Si quieres algo tendrás que hacer algo por mí", "Mi jefe, Zeus, es un tocapelotas", "Estoy rodeado de vagos (Apolo) y de fiesteros (Zeus, Dionisos...)". Además creó el caballo como símbolo de fuerza en la batalla. Y los humanos siempre guerrean...

Huella de Zeros Metallium a las 4 de Septiembre 2004 a las 02:23 PM

Dios mio, que bonitooo, vaya posts que pones mas tremendos...pero esto seguirá, ¿no? que quiero ver que hizo Poseidón,joo....
Cambiando de tema, estaras escribiendo lo del abuelo,¿no? que me tienes aqui suspirando, niña....Hale, a escribir, que me tienes en vilo para ver lo que le pasa...
Besitos y esas cosas, hale¡Pum, chimpampum¡
Adios¡¡ea¡:)

Huella de Rafa P. a las 4 de Septiembre 2004 a las 03:03 PM

Sí, a mí tb me ha gustado el post, en tu línea. Besotes!

Huella de Iván a las 5 de Septiembre 2004 a las 01:41 PM

Si, si, muy interesante.
Quiero más, quiero más.

Dark kisses

Huella de lua a las 5 de Septiembre 2004 a las 02:41 PM

Por finnnnnnnnnnnnnn!!!
LLevo dias intentando comentar pero nada oye,q no me dejaba!!

Creo q las clases de iconogradia que tuve el año pasado te hubieran fascinado!!

Leete la Eneida!!
besicos lindaaaaaaaaaaaaaaaaa:**************

Huella de Quiara a las 5 de Septiembre 2004 a las 09:44 PM

Me encanta la mitología, esos dioses tan soberbios, capaces de lo mejor y lo peor... aiiiss
Qué delicia visitar tu página :)

Huella de Turandot a las 6 de Septiembre 2004 a las 12:16 AM

Holas Lyzzie :)

Cuántos días sin poder comentar :(( no me dejaba...

Precioso, pero continuará? anda que si es así, esperamos la siguiente parte... gracias por ofrecer estas historias...

;o)

Huella de Corazón... a las 6 de Septiembre 2004 a las 06:59 AM

Que bonito post de la siempre interesante mitologia griega. Realmente no conocia esta historia. Mu chula.

Pero como no tiene que salir el pesado de hercules dando caña a los dioses.

:-P

Huella de David a las 6 de Septiembre 2004 a las 01:36 PM

Entre Tesalia y Macedonia, en la parte más árida de Grecia, la erguida silueta del monte Olimpo se levanta en una sucesión de contrafuertes rocosos. Su cumbre, coronada de centelleantes nieves eternas, parece elevarse fantásticamente hasta el cielo.

Sobre esta montaña magnífica e imponente se erguía el “Palacio del Rey del Cielo y de la Tierra”: Zeus (Júpiter). Los acentos de su cólera resonaban estruendosamente y repercutían con violencia entre las paredes de los abismos rocosos. Encima de su cabeza, en los blancos vapores de las nubes, un águila, símbolo de su poderío, volaba sin cesar.

Y sin embargo, mucho antes de que se extendiera sobre el mundo el reino de Zeus y de que se levantara en la cumbre del Olimpo su mansión inaccesible para los mortales, con sus torres y sus murallas doradas, otros dios gobernaba seres y cosas. Era Cronos, el inexorable dios del Tiempo, a quien los romanos identificaron con Saturno. Cronos, hijo de Urano (el Cielo), sabía que el Destino lo había condenado a ser destronado por uno de sus hijos varones.

Por esta razón se apresuraba a devorar a todos los hijos de sexo masculino que tenía con su esposa Rea. Ésta, cansada de verlos desaparecer uno tras otro en el estómago paterno, tuvo un día la idea de reemplazar al hijo que acababa de nacer, con un trozo de roca cuidadosamente envuelto en primorosos pañales. Cronos cayó en el engaño y Zeus pudo salvarse.

El niño fue criado secretamente sobre el monte Ida en la isla de Creta por coribantes y ninfas, y alimentado con leche de la cabra Amaltea (uno de sus cuernos rotos se transformó después en el “Cuerno de la Abundancia”). Para que Cronos no oyera llorar a su fatal heredero, los coribantes hacían gran alboroto alrededor de su cuna golpeando los escudos con los sables.

Zeus, ya mayor de edad, empezó por liberar a su padre cautivo de los titanes y después lo desterró del Olimpo.

Destronado, Cronos huyó, encontrando asilo en el país latino donde reinaba Juno. El tiempo en que Cronos vivió en Italia se llamó la Edad de Oro. Para defender el Olimpo, Zeus tuvo que sostener terribles combates. Según la leyenda, los gigantes habían sobrepuesto montañas —Pelión y Osa— una encima de otra, formando una escalera para asaltarlo. Mas fueron rechazados por Zeus que se valió de su arma irresistible: el rayo. Mientras tanto, el crimen empezaba a aparecer sobre la tierra, y Zeus se vio obligado a castigarlo en la persona de Licaón, rey de Arcadia. Ese príncipe cruel mataba a todos los extranjeros que se aventuraban •en sus Estados. Zeus se presentó en su reino pidiendo hospitalidad, y Licaón, como desafiando al poder supremo, le hizo servir en la comida carne de esclavo. Indignado, Zeus redujo a cenizas la mansión del perverso rey y lo transformó en lobo. Pero el dios todopoderoso, que con sólo fruncir el ceño hacía temblar el Universo, tenía que rendir cuentas al Destino (Fátum). A éste se lo representaba con el globo terrestre bajo sus pies y tenía en sus manos la urna que encierra el futuro y la suerte de dioses y de mortales. Fue, pues, el Destino quien dispuso la boda de Zeus con Hera (Juno), diosa vengativa, con rostro de blancura deslumbrante, protectora de hogares y familias, mujer de compañía agradable pero de carácter irascible, y extremadamente celosa.

Zeus, el diseño del rayo, gobernaba el Universo. Cerca de él estaba Hera (Juno), su esposa, madre de Helaistos (Vulcano) -

El Olimpo, era la más alta montaña griega, era la residencia de los dioses.

Cronos (Saturno), dios del Tiempo, era hilo de Urano y padre de Zeus (Júpiter). Su esposa, Rea, que los romanos llamaron Cibeles, era la diosa de la Tierra.

Palas Atenea (Minerva) era la diosa de la Sabiduría y de la Guerra. En el centro de su escudo estaba la cabeza de la Medusa que transformaba en piedra a aque7los que la miraban.

El “Carro del Sol” de Apolo (Febo) iba de un punto a otro del Cielo. Según cuenta la leyenda, sólo este dios era capaz de conducirlo.

De la unión de Zeus con Hera nació un hijo cuya fealdad produjo la indignación materna. Asiéndolo por un pie, Hera lo arrojó desde lo alto del Olimpo hasta la isla de Lemnos. Esa tremenda caída provocó al pobre Hefaistos (Vulcano) una cojera eterna.

Arrojado de la comunidad de los dioses se hizo herrero, estableciéndose en las islas Lípari y bajo el volcán Etna, en el centro de Sicilia. El fuego que brota de esa montaña es el de la fragua de Hefaistos, a quien Zeus encargó forjar el rayo. Los compañeros de Hefaistos son los Cíclopes. Zeus pidió también a Hefaistos la edificación de la morada olímpica y por recompensa le concedió la mano de la más bella de todas las diosas: Afrodita (Venus).

La flamante pareja presentaba un singular contraste: el marido no podía embellecer y la mujer no podía afearse. Por eso vivían separados y era muy difícil encontrarlos’ juntos. De todos los dioses el más hermoso era, sin duda alguna, Apolo (Febo). Hijo de Zeus y de Latona, había nacido, lo mismo que su hermana Diana, en la isla de Delos. Pero Diana había quedado aprisionada en las orillas con cadenas de plata. Desde su niñez, Apolo había mostrado su fuerza extraordinaria estrangulando con sus manos a la enorme serpiente Pitón; que se había arrastrado hasta su cuna. MAs adelante, para vengar a su hijo Asclepios (Esculapio), ful. minado por Zeus, Apolo mató a los Cíclopes forjadores del rayo. A su vez, en castigo, el padre de los dioses lo desterra, encargándole el cuidado de los rebaños de Admeto, esposo de Alcestes. Tiempo después, Apolo, en compañía de Poseidón (Neptuno), exilado como él, entró al servicio de Laome. donte para quien edificó las murallas de Troya. Al fin fue llamado al Cielo por su padre, quien le confió el Carro del Sol.

Desde ese día se lo pudo ver, con su cabellera de oro al viento, surcando el cielo de oriente a occidente en su carro arrastrado por briosos caballos. Las Horas lo acompañaban formando una comitiva rumbosa. Gustaba Apolo descansar sobre el Parnaso acompañíado por las nueve Musas.

Alrodita (Venus) nació de la espuma del mar. Era la diosa de la Belleza y del Amor. Se casó con Hefaistos, el más feo de los dioses.

Hefaistos (Vulcano) forjaba el rayo en compañía de los Cíclopes. Algunos ubicaban su fragua debajo del volcán

En cuanto a Hermes (Mercurio), aparecía siempre en lugares diferentes del Universo. Era el mensajero alado de los dioses. Se lo representa con sombrero de viaje, un bastón alado en las manos (el caduceo, alrededor del cual se enroscan dos serpientes) y alas en los pies.

Artemisa (Diana), hermana de Apolo, era la pálida y fría diosa lunar de los bosques. Su mayor placer era la caza, estaba siempre acompañada por una comitiva de ninfas, y perseguía incesantemente ciervos, lobos, jabalíes.

Palas Atenea (Minerva) era a la vez diosa de la Guerra y diosa de la Sabiduría. Su nacimiento se produjo en circunstancias extrañas. El padre de los dioses despertó un día con violentos dolores de cabeza, que le arrancaban gritos de dolor. Tomó todos los remedios de los cuales podían disponer entonces los dioses. Más todo fue en vano. Decidió, pues, ir hasta la fragua de Hefaistos y le exigió que le partiera el cráneo con un hacha.

Hízolo Hefaistos, obediente al pedido paterno, y cuál no sería la sorpresa general al ver surgir de la cabeza divina una maravillosa criatura, cuyos primeros actos no fueron los gritos clásicos de los recién nacidos, ni el pedir vino como Gargantúa, sino que empezó a discutir problemas filosóficos con las otras divinidades que habían asistido a ese fantástico nacimiento. Después del hachazo, el cráneo paterno se cerró como por arte de magia...

Sobre los mares reinaba Poseidón (Neptuno). Había luchado con Palas Atenea para dar su nombre a Atenas. Vencido por la diosa quiso vengarse noblemente con una acción brillante y creó el caballo. Se representa a Neptuno blandiendo un tridente con el cual podía, a su antojo, desencadenar las tempestades.

En la guerra de Troya, el rey del mar estaba a favor de los griegos, pero más tarde se enemistó con Ulises que había matado a su hijo Polifemo.

Huella de seba a las 27 de Marzo 2007 a las 10:25 PM
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