Odio pegarme casi 1 hora de viaje para perder la tarde en la UB.
Odio a los profesores de la UB (q conste que algunos se salvan).
Odio que en la secretaría de la UB nunca tengan ni idea de nada de lo que se les pregunta. Odio también que la susodicha secretaria me ladre cada vez que pregunto algo.
Odio tener que esperar un mes para saber una simple nota de un practicum impartido por la UB.
Odio ir a preguntar por esa nota y que después de tenerme casi una hora esperando me suelten una bordería y me digan "vuelva usted mañana".
Odio que en la UB no haya organización.
Odio enterarme de las reuniones organizadas en la UB justo el mismo día y tenir que salir pitando hacia la UB.
Odio que la UB no tenga coral y que por su culpa tengamos que cantar el Gaudeamus en nuestra propia graduación.
Odio tener que quedarme a comer de improvisto en la UB.
Odio los bocadillos de pan con pan de la UB.
Odio perder mi tiempo odiando a la UB.
En definitiva: odio la UB
Grrrr...
Hace mucho tiempo, cuando el mundo era joven, un viejo líder espiritual Lakota estaba meditando en una alta montaña cuando tuvo una visión. En esta visión, Iktomi, el gran maestro bromista de la sabiduría, apareció con la forma de una araña. Iktomi le habló en un lenguaje sagrado, que sólo los líderes espirituales de los Lakotas podían entender. Mientras le hablaba, la araña tomó un aro de sauce, el de mayor edad. También tenía plumas, pelo de caballo, cuentas y ofrendas, con lo que empezó a tejer una telaraña.
Él habló con el anciano acerca de los círculos de la vida, de cómo evolucionamos a través del tiempo, desde que nacemos hasta que envejecemos, hasta que el círculo se cierra. Entonces, Iktomi dijo mientras continuaba tejiendo su red:
-En cada tiempo de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas, otras malas. Si te encuentras con las buenas fuerzas, ellas te guiarán en la dirección correcta. Pero si tú escuchas a las fuerzas malas, ellas te lastimarán y te guiarán en la dirección equivocada.
Mientras la araña hablaba, continuaba entretejiendo su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro. Cuando Iktomi terminó de hablar, le dio al anciano Lakota la red y le dijo:
-¿Ves? La telaraña es un círculo perfecto, pero en el centro hay un agujero. Usa la telaraña para ayudarte a ti mismo y a tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas, sueños y visiones de los demás. Si tú crees en el gran espíritu, la telaraña atrapará tus buenas ideas y las malas se irán por el agujero.
El anciano Lakota, le pasó su visión a su gente, y los indios Sioux usaron el atrapasueños como la red de su vida. Éste se colgaba encima de la cama para escudriñar los sueños y visiones. Lo bueno de sus sueños era capturado en la telaraña de vida y enviado con ellos, lo malo de sus sueños escapaba a través del agujero en el centro de la red. Ellos creían que el atrapasueños sostenía el futuro de su destino.
Estimados señores Hollywotienses,
es un honor para mí emplear unos minutos de mi tiempo libre a dedicarles unas lindeces que me pasan por la cabeza desde ayer por la tarde. En primer lugar deseo agradecerles sus esfuerzos por escenificar los grandes aconteciminetos de la Historia con semejante destreza para cabrear a los espectadores, o por lo menos a los espectadores que tienen una gran estima por ciertos personajes históricos, en este caso Alejandro Magno. Parece ser que los libros que pasan por sus estimadas manos, además de no estar escritos en el mismo idioma, cuentan las historias de un modo diferente, por supuesto el suyo, (véanse Troya o el Rey Arturo, por ejemplo) y pretenden engatusarnos con sus superproducciones espectaculares. Pero permítanme un consejo de una simple observadora, deberían elegir a sus actores con un poco más de vista, si es que la tienen ya que no parece ser el caso, y si es posible consulten bibliotecas situadas fuera de su magnífico país, parece ser que en el resto del mundo los acontecimientos sí coinciden. Me veo en el deber de confesar que aunque en esta ocasión la trama de la película coincide en bastantes puntos con la historia real (cosa que me sorprende sobremanera), a medida que el final se iba haciendo inminente, notaba cómo caían sobre mi cabeza pesadas rocas (y prometo solemnemente que el hombre que pasaba la película no tenía ninguna culpa), una detrás de otra, porque por supuesto había que contar la historia al estilo americano. Volviendo al tema de los actores, no creo que Alejandro Magno merezca una aberración hacia su persona como la que le dedicó Colin Farrell al interpretarlo, y deberían haber buscado a alguien con madera de representar a un rey de su condición en vez de contratar al primer mequetrefe que se les pasó por su escasa sesera. Aunque debo reconocer que Angelina Jolie estuvo espléndida en su papel de Olimpia. Por cierto, ya que supongo que sus contactos con el señor (por no decir garrapata) Bush serán mejores que los míos, deberían indicarle que Alejandro Magno sí fue un gran gobernador y ante todo, un general que consiguió dirigir y combatir al mismo tiempo en el campo de batalla, y no desde un bonito sofá en su palacio particular.
Queridos amigos, ya han desfigurado a uno de mis intocables, si se les ocurriera escenificar Cleopatra, ¿pondrían a Barbara Streisand de protagonista?
Sin más preámbulos, una espectadora enamorada de la Historia y cabreada con los americanos.
Cuando el final del camino se acerca, siempre podemos avistar otro que nos conducirá a un nuevo destino, recreado en un mundo diferente. Hoy empiezo a ver la luz del túnel, las paredes de hormigón van llegando a su final, y un resplandor solar me ciega para dejarme ver después cuál será mi nueva senda. Los miedos se elevan sobre mí como las sombras en una pared, me atacan y me persiguen zumbando dentro de mi cabeza y aunque por momentos consigo alejarlos de mí, vuelven en un azote de rebeldía. He buscado en mi interior y he encontrado respuestas, ahora sé que podré hacerlo, ahora más que nunca soy consciente de que me enfrentaré sola, sin nadie que me cubra las espaldas. Pisaré el mundo real con fuerza para que no se escape, no pienso dejar que me envuelva y me arrastre donde quiera. Esta vez voy a por todas, sé que puedo conseguirlo.
Hace mucho tiempo, un anciano encontró a una niña recién nacida en una de las laderas del monte Fuji. Entonces, la llamó Kaguya-hime. Al crecer, la niña se transformó en una hermosa mujer y se casó con el Emperador. Pero transcurridos siete años de su matrimonio, le dijo a su marido que como no era mortal, debía regresar al cielo. Para consolar al Emperador, le entregó un espejo dicéndole que en él siempre podría verla.
El Emperador, deseoso de ir al cielo junto a ella, utilizó el espejo para seguirla hasta la cima del Fuji... pero no pudo continuar. Su amor desengañado hizo que se prendiera fuego al espejo y desde ese día, de la cima de la montaña, siempre sale fuego.
Leyenda de la mitología japonesa
Claudia se acariciaba con los dedos un mechón de su lacio cabello, mientras removía el café con una cucharilla de metal. Desde siempre le había gustado el café muy dulce, quizá para contrarrestar el sabor amargo que la vida día a día se empeñaba en dejarle en los labios. Hacía rato que miraba a través de la ventana, observando a los pajarillos que luchaban por ser los primeros en picotear un pedazo de pan duro que reposaba sobre el suelo de la terraza. Luchaban por sobrevivir, como ella, que cada mañana se levantaba con ansias de picotear un poco de esperanza, aunque nunca lo conseguía.
Hacía tiempo que al levantarse se sentaba junto a la ventana con su taza de café y dejaba volar la imaginación. En su mente se dibujaban cada uno de los recuerdos, todo aquello que quiso ser y nunca fue; y los trenes que había dejado pasar mientras sus pies se quedaban clavados en la estación. A pesar de su juventud, se sentía cansada y maltratada por la vida, y creía que su rumbo era incierto, tanto, que buscaba consuelo en las pequeñas cosas y se aferraba a ellas como si fueran lo último que le quedara.
Bebió un sorbo del aún humeante café y eso la trasladó de nuevo a la realidad. Envuelta en su abrigo y en su bufanda de lana, dejó que sus pasos la guiaran hacia el trabajo, un día más.
Os recomiendo esta web, a mí me han gustado especialmente las animaciones de Mura, el cerdo militar XD
Nunca he empezado el año haciendo una de esas listas estúpidas a lo Bridget Jones cargada de promesas y buenos propósitos que nunca llegan a cumplirse, y este año no va a ser menos. Pero me encomiendo una difícil tarea: este año mi propósito va a ser aprender a aumentar mi autoestima, tarea nada fácil.
Besos y Feliz 2005 (me abstengo de rimas XD)!!